¿Qué es el "Journey to cloud"?
Journey to cloud = migración a la nube. Pero, ¿de qué se trata?
La migración a la nube es el proceso de trasladar, parcial o totalmente, las operaciones y recursos tecnológicos de una empresa a un entorno digital gestionado por un proveedor externo. Es decir, pasar de una infraestructura local a una basada en la nube. Este proceso implica mover datos, recrear recursos computacionales, como servidores y máquinas virtuales, y adaptar aplicaciones completas.
Aquellas empresas que no quieren quedarse atrás en la carrera de la transformación digital, deberán considerar el journey to cloud como una opción para escalar y crecer. ¡Pero la idea no es ir de golpe! Deberán contar con una estrategia gradual de transformación, un mapa de acción acorde y un socio estratégico para que la migración a la nube sea sin sobresaltos.
Aunque la transición puede ser compleja y requerir una alta inversión, los beneficios son considerables, pues la infraestructura se encuentra disponible las 24 horas, los 365 días del año, lo que permite la continuidad del negocio, mejoras en la performance, rendimiento, flexibilidad, agilidad, seguridad, costos, escalabilidad y accesibilidad, entre otras ventajas
Beneficios de la migración a la nube
Migrar a la nube es un paso importante para aprovechar las ventajas que ofrece la tecnología para posicionarse en el mundo empresarial actual. Vale recordar que los beneficios a nivel costo no llegarán desde el día cero, sino que se trata de una apuesta que impactará positivamente en la innovación y competitividad del negocio a mediano y largo plazo.
Adaptabilidad: flexibilidad y escalabilidad
La rapidez y flexibilidad son esenciales. La nube permite ajustar rápidamente los recursos según las necesidades del negocio, permitiendo escalar hacia arriba o hacia abajo sin grandes inversiones en infraestructura. Asimismo, con esta solución las empresas pueden acceder a los recursos y aplicaciones desde cualquier lugar y en cualquier momento, facilitando el trabajo remoto y la colaboración. Esta adaptabilidad es necesaria para mantenerse competitivo.
Optimización de costos
Con el journey to cloud, las organizaciones no sólo evitan los costos iniciales de compra de hardware y software, sino que pagan únicamente por los recursos que usan en la nube. Además de la capacidad de optimizar las cargas de trabajo para que cueste menos ejecutarlas, esto redunda en un importante ahorro en los costos de recursos de IT, mantenimiento e inmuebles.
Impacto estratégico: productividad, performance y rendimiento
La migración a la nube ofrece oportunidades para reducir tiempos en los procesos operativos, permitiendo a la dirección enfocarse en el núcleo del negocio. Automatizar tareas, como la actualización de sitios web o sistemas de gestión de clientes, libera recursos para proyectos más estratégicos y de alto valor.
Los proveedores de servicios en la nube son expertos en su campo, lo que les permite operar de manera más eficiente que una empresa individual. Cuando se alcanzan picos de demanda o cuando la organización necesita procesos más eficaces, esto puede lograrse con un pedido al instante. Además, un beneficio esencial es la recuperación ante desastres y copias de seguridad, lo que minimiza el tiempo de inactividad del negocio.
Mejoras en la seguridad
Esta solución cuenta con herramientas avanzadas de seguridad integradas en su infraestructura, que pueden ser difíciles de implementar internamente en una empresa. Esto brinda mayor robustez en lo que respecta a la recuperación, copias de seguridad y protección de datos empresariales.
Entonces, ¿es necesario migrar a la nube?
Si bien las necesidades de IT evolucionan rápidamente y la capacidad de adaptarse a estas nuevas demandas es indispensable para el crecimiento, la decisión de migrar a la nube varía según las necesidades y posibilidades de cada empresa.
Llevar adelante el journey to cloud debe ser el resultado de una decisión estratégica basada en un análisis exhaustivo previo, a fin de conocer en detalle los puntos débiles, subutilizados u obsoletos de la infraestructura, en comparación con aquello que es necesario tener siempre a disposición. Sólo así se podrá determinar si la migración debe ser completa o si es mejor contar con una infraestructura híbrida para conseguir la mayor disponibilidad, perfomance y rendimiento posibles del negocio.
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